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COLETA DE TIEMPO

LA CAJAMARCA POETICA DE  MANUEL IBÁÑEZ ROSAZZA Escribe: Benjamín Huamán Castope Hablar de poesía cotidiana, es hablar de figuras vivas, de la piel misma, que toca el espacio, el tiempo. Un 11 de Febrero de 1940, en Lima, nació Manuel Ibáñez Rosazza, uno de los poetas cotidianos más espectrales del verso-naturaleza. Estudió en la Universidad Nacional de Trujillo, graduándose como profesor de castellano y Literatura. En 1965 ganó el premio nacional de poesía “El poeta Joven del Perú” y en 1977 el premio Concurso Nacional de Poesía “Canto a la Caña de Azúcar”. En narrativa fue distinguido en tres oportunidades por la Revista Caretas en el Concurso Nacional “El cuento de las Mil Palabras”. Siempre fue atraído por el escenario serrano, admiraba su naturaleza, de ahí que por coincidencia en 1970 obtiene una cátedra que dictaría en la Universidad Nacional de Cajamarca. Ya en Cajamarca, pueblo al que después regalaría cerca de 20 años de su creación Literaria, como así lo muestra cuando escribe: Estoy en este valle/ en esta olvidada víscera peruana/ a tajo abierto, a deseos otra vez pensados,/ distante de los centros fosforescentes/ a excepción de relámpagos, lumbres y/ estrellas/ acá en este norte puro, sierra antigua,/ estoy acá y allá,/ vasto horizonte de ajado de vida prometida/ a pesar suyo, de esperanza/ verde, pajiza, otra vez./Valle de Cajamarca, atrapado en toda su expansión/ por un silencio permanente./ Por un silencio uno y mismo, /ayer uno y siempre uno apenas perforado,/ alegría y lamento resbalándose/ por la hierba mojada.(De: Silencio Uno, 1979). Los lugares que usualmente visitaba era la jalca de este valle, a este lugar llegaba con algunos compañeros de trabajo -unas veces, y otras, en compañía de sus alumnos, era el poeta mutilado de urbanismo efímero,  en cuya evolución iba calando mas hondo, el hombre de alforja y ojotas, el niño que corría tras un rebaño de ovejas, el jilguero o el zorsal que matizaba al ande, pues no solamente era cautivado por las vivencias mismas, sino también por las costumbres culinarias. Es así que, por ejemplo, en 1988 en su poemario “sonetos sobre la mesa” (lima 1988), versa a algunas comidas como el “Caldo Verde” titulo de uno de sus poemas en este libro. Sin duda para Rosazza, gran parte de su creación Literaria tuvo lugar  en un pueblo de la sierra, sierra a la cual tantas veces canto, sierra a la que tanto amaba. Trujillo era otro espacio al que quería, pues allí se enamoro de Gloria, su esposa, pero Cajamarca fue sin duda su cómplice de soledades, de versos sueltos, de cartas, de amigos, de su vida entera.Atrapado siempre por las costumbres de este pueblo, en 1978 publica el ensayo titulado “El Simbolismo sexual en las coplas del Carnaval de Cajamarca”, en este ensayo describe el aspecto picaresco como se toma el asunto sexual encarnado cada copla o canción, para lo cual dice, en una copla se muestra al lado sexual desde un punto de vista sarcástico, con un contra sentido, que aunque parezca increíble, no tiene el objetivo de ofensa o insulto, sino por el contrario rizar a este tabú. Pero su poesía es sin duda una especie de mujer silvestre, natural, como la vida misma, digno de llamarlo poeta de verso libre, o poeta libre.   PARTE DE SU PRODUCCION LITERARIAPoesía:Cotidiano es el Viento (Trujillo, 1963), La ciudad otra vez (Trujillo, 1966), La Nueva Emoción (Cajamarca, 1976), El herramientario y otros artefactos (Trujillo, 1976), Altas Canciones (Cajamarca, 1978), Celebración del Ají (Cajamarca, 1978), Palomas Sobre los tejados (Cajamarca, 1981), Sonetos sobre la mesa (Lima, 1988).Ensayos: José Maria Arguedas: alumno y maestro (Cajamarca, 1971), Chocano: Otra resurrección (Cajamarca, 1975), El simbolismo sexual en las coplas del Carnaval de Cajamarca (Cajamarca, 1975), Bolívar en Cajamarca: literatura y creación (Cajamarca, 1983), Antenor Orrego: dos prólogos a Trilce (Cajamarca, 1987).

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CRISTINA -

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