Coma de Paso
Ocho de febrero, tres de la tarde, horas antes estuve sumergido en un sueño profundo (es así como lo llamo, sin embargo, los médicos de la clínica, lo llaman de una manera destemplada y fría, “apoplejía de primer grado”, nombre que no me gusta hasta ahora).Y que según el diagnóstico clínico, había atravesado un coma nada complicado, sin embargo, no debía dejar de tomarse importancia. Me dijeron que guarde reposo y me mantenga sereno, calmado; aquel estado, de algún modo, estaba asegurado ya que me habían suministrado abundantes cantidades de ansiolíticos, y de esta forma la serenidad o calma estaba atestiguada, a tal punto que llegaba al adormecimiento de cuerpo e incluso del alma. El reposo, por supuesto no pude ejecutarlo, ya que soy un amante de los videojuegos y, este día al menos, sentía la necesidad batirme en duelo con la computadora (como algunas noches suelo hacer, cada vez que no puedo escribir) juego entonces, sin éxito esta vez, la UEFA Champions League 2007, siendo derrotado por 1-0 frente al equipo europeo de mis amores, el Real Madrid. Abrumado y humillado por este resultado, decido no jugar más para evitar así la tensión y el desmedro de excitación anímica que los médicos me habían aconsejado suspender. Extenuado, pero muy calmado, calma que por cierto nunca antes había sentido, una calma embargante y arrulladora, debido a la benzodiazepina o alplax o alprazolam, que transitaban por mi cuerpo, como si estuvieran en su casa o como si estos mis agotados músculos les pertenecía y que habían decidido habitar y afincar por determinado tiempo en mi biología. Decidí entonces, escuchar música en el iPod que gentilmente mi hermano me había prestado hace unos días, porque dicen que la música siempre es buena para nubilar ciertos estados azuzados, trastornados; claro que depende mucho de la música que se escuche, porque en mi estado, ni en cualquier otro estado, produciría un efecto gratificante, escuchar La Pitúca de Tongo, por ejemplo. Mi madre ciertamente se encontraba preocupada, por el suceso; pero al verme ya recuperado y en casa, en mi cuarto y durmiendo: porque ella me imaginaba durmiendo, sin sospechar que no puedo dormir y estoy escuchando 19 días y 500 noches, de Joaquín Sabina, pues ahora se encuentra más aliviada y alegre, alegría que también me alegra.
Un día antes, intercepté a mi chica camino al trabajo y le entregue una carta, y unos correos impresos, me vi obligado a dárselo como una demostración de amor y vida futura para ambos, y asi aliviar nuestras diferencias de credo y lacerar nuestros reproches infundados y olvidarlos. En la carta le explicaba, en resumen, (claro de una manera no muy calmada y creo, ahora, nada sesuda) - que la amaba y que estaba, dispuesto, ahora más que nunca, a vivir con ella, que compraría o financiaría un departamento, en la ciudad en que vivimos, o en otra, o es más, fuera del país, si ella estuviera dispuesta. Le decía también, que ella significaba todo para mí y que ella era mi amor verdadero, el único que tengo (y no mentí, ni mentiré al afirmar esto), y que la ayudaría a cumplir sus sueños, los sueños en la fe que ella profesa y en la que no profesa también. Le dije que, cada paso que doy lo hago pensando en ella. Le afirme, sin vacilar un solo instante que estaba dispuesto a tener hijos con ella y que tal vez procreemos cuanto podamos, de ser posible. Tal vez esto fue lo que la espantó, tal vez la forma exagerada de mi carta, lo apresurado de mi tonada al escribirle.
Los correos que había impreso para ella, era de una conversación sostenida con Ricardo Sinis, Director de una prestigiosa revista en la ciudad de Santiago de Chile, con quien me había contactado en un inicio para enviarle un artículo para su revista, y me dijo que lo enviara, que le escribiera y agradecía mis pretensiones de colaborador. Ciertamente le respondí y le envíe dos artículos míos, para la revista. Luego de unas semanas me escribió otro correo electrónico, en el que me decía que eran temas interesantes y que estaban organizando una especie de congreso en Santiago y me procuraba una invitación para poder asistir y exponer, de ser el caso, dichos temas tocados en mis artículos. Por supuesto luego de recibir este e-mail, la emoción me embargó y me hacia destellar alguna esperanza, para continuar haciendo lo que amo, escribir. Por la noche recibí un mensaje de texto en el celular, verifico el número y era Mabel, mi chica. Pienso: creo que debo estar preparado para abordar, mi vida futura con ella, respiro, inflo el pecho y exhalo suavemente, pues mi vida estaba a punto de transfigurar y tenia que tomar mi convivencia futura, como un acto de entrega plena a la vida de ambos. Oprimo el botón que me llevaría a dicha remisión y leo el mensaje: “Leí tu carta, pero sabes, lo siento, no puedo seguir a tu lado,...no me hables si quieres, no me mires si lo deseas, no me llames si gustas. No me importa. Pero no puedo seguir a tu lado. Bye.”
2 comentarios
JOHNY -
PUTA MARE CHAVAS NO DOY KON TU DISKO JAJAJA EN BUENOS AIRES LO VI Y ME DIO PEREZA KARGAR LUEGO EN RESISTENCIA LO VOLVI A VER Y AKI DONDE ESTOY NO TIENE JAJAJAJA TAS SALAO KARAJO PERO NO TE PREOKUPES MELA KE YO AKI TELO KONSIGO MAS BIEN ALISTA EL MONEYPA KE MANDES LOS CEBICHES KON SUS NEGRASSS YO PONGO LA INKA KOLA
PD: SALUDOS A TODOS POR ALLA SE ME KUIDANNO TOMEN MUCHO MELAS
Hanna -